Una bruja en el tianguis de Zumpango.
Eran principios de los años 60s y la familia Pedraza Choreño recibía con mucha alegría a su segunda hija a quien llamaron Sara. Los padres eran el señor Carlos era de origen hidalguense y la señora Marina oriunda de Zumpango.
La señora Marina asistía con mucha alegría los días viernes al tradicional y famoso tianguis de Zumpango, que para ese entonces se instalaba en el centro del municipio.
Cierto viernes la señora Marina fue a realizar sus compras llevando en brazos a su hija Sara de 3 meses de edad. Compró algunos productos como jitomate, cebolla, chile, calabaza, nopales; iba bastante cargada.
Estando en el puesto de frutas una anciana se acercó y le dijo -Que niña tan hermosa tiene, ¿me permitiría cargarla?- Al inicio la señora Marina se negó, sin embargo la anciana insistió -déjeme cargarla para que usted esté más cómoda y pueda cargar tranquila su mandado- . Ante tanta insistencia la señora Marina dejó que la anciana cargará a la niña quien posteriormente se ofreció acompañarlas a su domicilio. Ya en el domicilio la anciana volvió a mencionar – la niña es un encanto-. Y se retiró…
La señora Marina realizó las tareas de su hogar y al terminar el día fue a dormir junto a su esposo, ellos acostumbraban ir a dormir a eso de las 9:00 de la noche, ya que el señor Carlos trabajaba desde muy temprano en su taller mecánico y de herrería.
Esa noche durmieron profundamente y al despertar sintieron que fue una noche fue muy larga, para sorpresa de ellos al ver el reloj notaron que ya eran 9:00 de la mañana y fue entonces cuando se dieron cuenta que su pequeña hija Sara ya no respiraba y su pequeño cuerpo estaba llenó de moretones en cuello y brazos.
Comentan que aquella anciana era una bruja, quien decidió aferradamente llevarse a la pequeña niña, por eso utilizó sus poderes para dormir a los padres y hacer de las suyas.
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