La familia es la primera escuela. En ella se aprenden valores, costumbres, estilo de vida y cómo convivir en sociedad. La familia es también el primer refugio, el lugar donde se regresa cuando afuera salen mal las cosas.
El concepto de familia es tan diverso, como variedad de familias hay. Hay familias de sangre y del corazón; familias nucleares, extendidas, recompuestas, amigas y amigos que se volvieron familia y personas que, con sus mascotas, forman también familia.
Honrar a la familia es agradecer dónde nacimos y el amor de nuestros antepasados; es besar nuestras raíces para jamás olvidar a quienes forjaron la historia comunitaria y el patrimonio, pero también es resignificar lo que aprendimos, para tener un mejor futuro.
Todas y todos tenemos derecho a tener una familia y que ésta no dé apoyo, guía y amor, pero tristemente no es la realidad para muchas y muchos. Si es tu situación, no estás sola o solo. Allá afuera hay muchas personas listas para ser parte de tu familia, hacer nuevas familias de amigos y compañeros.
Hoy, abracemos lo que nos hace familia, festejemos si en la nuestra hay armonía y sanemos esas heridas que se abrieron cuando hubo malentendidos y, lo más importantes: seamos ese motor de cambio, transformemos las dinámicas familiares para ser mejor en sociedad.
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