El flamboyán:
framboyán o tabachín es un árbol endémico de Madagascar que llegó al trópico mexicano a mostrarnos su belleza.
Es una especie que tiene poca resistencia al frío y, por ello, es bastante difícil reproducirlo y mantenerlo en países que no disfrutan de un clima templado,. Sin embargo, no es del todo imposible si se siguen una serie de recomendaciones que iremos viendo a continuación.
Este árbol se encuentra cultivado en Chiapas, Tamaulipas, Morelos, Oaxaca, Michoacán, Nayarit, Veracruz, Estado de México, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, entre otros estados.
Es un árbol que alcanza los 8 metros de altura, su follaje es denso y muy extendido.
Sus características flores rojas se pierden al terminar la primavera, pero durante ella, nos deleitan con su frondoso follaje rojo.
Las hojas del flamboyán, de un color verde intenso, recuerdan a simple vista a las hojas de helecho, ya que miden entre 30 y 50 centímetros y están formadas por hasta 40 pares de foliolos (hojas más pequeñas) primarios y de 10 a 20 foliolos secundarios, formando junto a las ramas una copa en forma de parasol que puede alcanzar hasta los 6 metros de diámetro.
Si el árbol crece en climas cálidos y húmedos, cuya temperatura mínima no sea inferior a los 10 grados, sus hojas serán perennes, perdiendo solo las hojas que se van quedando viejas mientras que salen las nuevas, pero siempre permanecerá verde. En cambio, si crece en climas más fríos en los que la temperatura mínima sea inferior a los 5 ºC y en temporadas en que hay poca humedad, las hojas serán caducas durante el invierno, volviendo a crecer en primavera.
Es de tronco corto, blanco o gris y un poco torcido, es de crecimiento rápido, ya que crece de 1 a 2 metros por año.
También conocido como “árbol de lumbre”, sus tonos rojizos nos recuerdan la llegada de la primavera.