Cada año, hasta 3 millones de niñas alrededor del mundo están en riesgo perder sus genitales por mutilación, que obedece a motivos religiosos y en condiciones de higiene deplorables, lo que pone en riesgo su vida y salud.
La mutilación genital femenina es un atentado contra los derechos humanos y el libre desarrollo de la personalidad de las niñas y mujeres, pues busca suprimir su vida sexual, con el retiro de la parte visible del clítoris, labios menores y mayores, hasta la costura del orificio vaginal.
Aunque fue prohibida en 2012 y es considerada un delito grave, la mutilación genital femenina sigue siendo una práctica común en tribus y afecta principalmente a niñas y mujeres en condición de pobreza o migrantes.
El Gobierno de Chalco condena cualquier acto de violencia de género e invita a la ciudadanía a ser agente activo de protesta en contra de niñas y mujeres desprotegidas.
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